5/09/2005

De madres

Carlos Alberto Patiño

Llevaron al bebé al parque (parque México). Lo pasearon, le mostraron las fuentes, los patos, las palomas y los perros.
Se cansó y su madre lo tomó en brazos.
Llegaron frente a la escultura que remata la explanada del teatro Lindbergh. Es esa de la fuente donde una mujer, con el pecho descubierto, vierte dos cántaros de agua.
El nene abrió tamaños ojos. No miraba los cántaros precisamente. Se quedó azorado con la figura. Su semblante indicaba que en su cabecita algo rebullía.
De pronto, extendió su manita y la metió por entre la blusa de su madre.

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Fue su primer festejo del Día de las Madres. Había ensayado por semanas las Mañanitas y los bailes.
Llegó de buen humor a la guardería. Hola, abuelo, dijo cuando me vio. Fue un saludo corto, porque las maestras inmediatamente lo tomaron de la mano y lo llevaron al salón.
La madre y yo nos fuimos a las sillas preparadas para la ocasión.
Se abrió el telón y ahí estaba Miguel, entre decenas de niños. Una miss les ponía el micrófono, pero no fue consciente de la vocación del niño, y nunca se lo ofreció.
Eso ya no le gustó. Dejó que el rey David terminara con su enojo e hizo mutis.
Vinieron otros bailes y cantos.
En el número final, Miguel ya no aguantó la emoción ni el pánico escénico. Apenas se abrió el telón, avanzó al frente, primero con disimulo y luego en franca carrera hasta que alcanzó los brazos de su madre.
Ya no volvió al escenario.

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(Con música de Joan Manuel Serrat)
Sí, la quiere, pero no acaba de aceptar, no acierta a entender el porqué. La chiquilla se fue de casa. La pequeña que cuidó y llevó en sus brazos salió a seguir sus propios caminos.
Conocía el pretexto inmediato –una discusión familiar-, pero eso no bastaba para justificar la salida.
Era algo más, era que la pequeña había crecido. Más rápido de lo que esperaba. Sí, muy rápido. Y la seguía viendo como a una niña...
No termina de asimilarlo. Sobre todo porque la chica había cambiado más cosas en su vida.
Sin embargo, señora, tiene que estar orgullosa. Va bien, saldrá adelante... Para eso la educó.

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