7/09/2005

Se la llevó el Metrobús

Carlos Alberto Patiño

Era su día más temido: el último en que la vería.
Cuando se acercaba a la oficina, deseaba que ella no estuviera. Paradójicamente, si bien no se hacía a la idea de dejar de verla, tampoco quería tenerla enfrente. El dolor por la futura ausencia era intenso y lo paralizaba.
No, no estaba, pero llegó más tarde. Habló con la directora, recogió algunas cosas e inició la despedida.
No la dejó concluir. A cambio le ofreció acompañarla al transporte.
En el camino, ella hablaba de cuestiones que le importaban mucho, pero que a él le parecían fuera de lugar. No quería saber de esa vida futura.
El quería decirle otras cosas, quería, recordar con ella momentos compartidos, intereses momentáneamente comunes, las historias de la escuela. Los retos para escribir... Aquella novela que nunca terminaron de hacer a cuatro manos. Los días en que ella lo llevaba como acompañante al podólogo, o lo hacía presenciar bailables en casas de la cultura.
En esas y otras cosas pensaba sin atinar a interrumpir la enumeración de los planes para su próxima vida en otra ciudad.
Cruzaron hacia la estación. En el anden, él sólo logró musitar “buena suerte”. Llegó el vehículo y ella subió apresurada. Ni siquiera le pudo dar un abrazo. La despedida fue sólo un ademán mientras se alejaba.
Se la llevó el Metrobús, el nuevo transporte la sacó de su vida

No hay comentarios.: