6/06/2005

Suceso en la nefasta tríada de Medellín

Carlos Alberto Patiño

¡Claaaaaudia!, gritaban los parroquianos, ¡Claaaaauudia!, insistían Es el clamor del Bull Pen, cuando algún grupo de asistentes quiere una canción en especial o la concurrencia en general exige la presencia de la cantante.
Es ya una tradición, una insignia del lugar. Cómo el chiste que siempre hace ella, cuando le dedica una pieza a Rubén, “que está hasta atrás”, es decir, en el fondo del local, y también en otras profundidades.
El grito de batalla de los asiduos al Bull se originó en otro antrucho, El Jacalito, de donde fue ella atractivo principal.
Ambos forman parte de la tríada mortífera de la calle de Medellín, que se complementa con La Burbu, sitio que ya tuvo su lugar en estas crónicas (aunque ahora me desistiría de algunos elogios, pero ésa es otra historia)
Claudia cantaba en el Jacal, y en el Bull, la música corría a cargo de “El Guarapo”.
Por las veleidades de la autoridad perredista, las clausuras dejaron fuera de combate a los dos antrillos por un largo lapso, situación que aprovechó “El Guarapo” para abrir La Burbu.
Cuando abrió el Bull, el espectáculo fue de Claudia. El Jacalito, recientemente de nuevo en funciones, hubo de conformarse con la ambientación de unos dijeis, pero promete pronta música en vivo.
Todo este preámbulo es para contar una breve anécdota.
Estaban “El Profe”, “El Tío Lalo” y “El Obi” en la Burbu, escuchando los sesenteros acordes de “El Guarapo”. El tipo estaba en una vena mamilísima, criticando a la clientela de los otros bares.
Terminaba ya su número cuando, de manera espontánea, de la garganta poderosa de “El Obi” salió una consigna: ¡Claaaaudia!, ¡Claaaaaudia!.
A “El Guarapo” se le congeló el gesto..., De inmediato, el grito de guerra de los trasnochadores inundó el recinto. Las otras mesas siguieron el coro de “El Obi”.
Al cantante no le gustó nada, pero tuvo que aguantar.
Y quizá ya se dio cuenta de que no es “su” clientela, lo es de la tríada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Y por qué tríada mortífera? Yo he estado ahí, y sin problemas. Tanto antes del cierre del Jacalito como ahora que ha vuelto. Y la verdad, ¡muy agusto!