1/25/2005

De fantasmas

Carlos Alberto Patiño

Ya se nos acerca el Día de Muertos. Ya se organizan los halloween . El ambiente es propicio para hablar de fantasmas. Yo, escéptico como soy, no creo. Pero como dicen por ahí de las brujas, no existen, pero de que las hay, las hay.
Alguna vez, y ya les contaré la historia de una casa donde se aparecía “El Ingeniero”, me tocó estar cerca de esas experiencias, pero de constarme, nada.
Ahora les adelantaré un relato. Y espero que los colaboradores de Crónicas al vuelo aporten lo suyo. Sobre todo esa reportera, asidua de este espacio, que padece ratones y fantasmas en su casa.
El asunto es muy simple. Al gato del hogar, de vez en vez, se le eriza la pelambre. Así, nada más, sin que nadie sepa el porqué. Los amigos, de pensamiento mágico, como lo somos algunos, lo atribuyen a la percepción que los animales tienen sobre los espíritus errantes. Vale.
Esto se nos atraviesa con la tecnología. El hecho es que mi servicio de Internet empezó a fallar. Las direcciones no respondían. Cualquier consulta terminaba con un corte de enlace. Llame al proveedor. Me quejé con amargura, y, un montón de comunicados después, me dijo que, quizá era la línea.
La reporté, y ese mismo día llegó el técnico con un aparato sorprendente.
Seguía el cableado por las puras señales magnéticas. Apenas lo prendió y me dijo que la instalación eléctrica era un desastre. Todo estaba lleno de interferencias. Y el gato, perceptivo como es, se inquietaba por las señales.
Y luego, con toda la seguridad que le daba el conocimiento técnico, me dijo que en muchísimas casas, el cableado estaba tan mal, que la mayor parte de las cosas raras que ocurrían en los hogares, no son fantasmas, sino problemas de la instalación eléctrica, con los consecuentes campos magnéticos.
Ahí se los dejo a los creyentes de lo paranormal.
El hombre apagó su aparato. Me dijo que cambiando los cables, todo volvería a funcionar.
Y así fue.Aunque el gato no ha dejado de erizarse.

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